miércoles, 21 de junio de 2017

Sobre Bea

Tiene la sonrisa llena y aun así le cabe otra risa más. En eso se parece a su armario, siempre rebosante pero nunca completo. Orgullosa, cariñosa y leal riñen en importancia con responsable, ordenada y por qué no decirlo, cabezona. Ella es Bea. Ella es ella.

En el momento de dejar de ser veinteañera se dio contra la esquina mala de la vida, la de las ausencias. El peaje por los queridos, a veces, coincide así. Una mierda. Pero cumplir 30 bien vale una sonrisa, una cena, un viaje. Otro beso. Siempre otro beso.

Cuando me tocó a mí dije que uno llega a los 30 como surgen las cosas buenas, sin querer. Ese sin querer nos juntó. Por suerte el resto es cosa nuestra y tiene que ver con el querer. Cumplir 30 es una anécdota comparado con todo lo que hay encerrado en un “bobo”, en un baile e incluso en un susto. Y tu ceño, que los 30 marcarán, y que es una flecha que señala tu mirada sincera, fija, que no admite gilipolleces pero recibe encantada a quien va de verdad, como un torero. Si das todo no esperas menos.

Todo el universo cabe en tu sonrisa. Hoy tienes 30 años y 4 días. Y los que nos quedan, princesa. Felicidades.

Te quiero, Ti.

Ella


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