lunes, 21 de agosto de 2017

Así no se vale

Las restricciones siempre se han puesto para intentar igualar las cosas. Acortar la ventaja. El fútbol, sin embargo, ignora esta norma y permite al Real Madrid presentarse a disputar los partidos con 11 tipos que saben hacer muy bien aquello que tienen que hacer.

Pepe Mel aseguraba que por él firmaba el empate a cero incluso con huella digital y, al final, firmó un 0-3 ensangrentado porque este Madrid es el abusón que tiraba a trallón en el recreo. La única muesca del Deportivo fue desquiciar a Ramos, tarea no demasiado difícil al principio de cada temporada, cuando Sergio lee los partidos fatal para poder callar a todos más adelante. Los meses del capitán del Madrí son una sucesión de rojas prescindibles hasta que llega mayo y se pone la capa de héroe. Su vida es el triunfo de la rutina.

Mientras Sergio Ramos se convertía en el primer jugador en ser expulsado dos veces en el mismo partido -aunque de la primera saliese vivo-, el Madrid ganaba. Suena sencillo, pero en Coruña no sabemos lo que es eso desde los tiempos de Donato, al que entrevistaron en el descanso y casi nos dan ganas de pedir su vuelta. El Deportivo fue pueril ante el Real, y en partidos donde no juegue contra el matón de la Liga el concepto puede asegurar coraje pero no eficacia, para lo que se necesita a Lucas Pérez.

Mientras se le espera, el Madrid pisó Riazor y se puso 0-2. En el segundo tiempo, con algo de pereza después de 15 minutos, Benzema pinchó un balón en la banda, se la dio en carrera a Isco que sin controlar entregó a Bale que entraba en el área casi sin querer: recorte sobre Mosquera y pase atrás. Gol de Kroos. Un gol de 10 segundos. Una señora detrás de la portería se levantó y elevó los brazos sorprendida de que nadie más en el estadio se estuviese dando cuenta de las artimañas que estaba usando el Real Madrid para vencer. “Así no se vale, juegan de carallo”.




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