martes, 1 de octubre de 2013

El WC

Tengo una carrera, periodismo, y un máster, también en periodismo, del diario El Mundo. Aunque reconozco que sólo saqué una matrícula de honor durante los cinco años que visité diariamente la cafetería de mi facultad complutense. Echando cuentas, creo que el 60% del tiempo que duró esa etapa me lo pasé entre cartas, parchís, pinchos de tortilla y rubias frescas, tanto humanas como líquidas con espuma.

Durante ese tiempo trabajé de gasolinero y más tarde en la compañía de transportes Seur. En la empresa de la flecha caminaba todos los días 4 horas, cargado con un carro de envíos lloviese, nevase o agosto decidiese derretir la acera. Mi trabajo era ir de contratante en contratante recogiendo, a pie, paquetes. Me divertí. Aprendí lo que es la responsabilidad, la confianza de los jefes, el convencimiento de que todo el mundo, desde Emilio Botín hasta el barrendero, es importante para que funcione un país. Conoces el compañerismo, las puñaladas de algunos que vestían tu mismo uniforme y a vivir con tu dinero, el ganado por ti. Ese que duele mucho más gastar que el de la paga de los domingos.

En la gasolinera no duré mucho, estaba lejos de casa -Navacerrada- pero conocí ese submundo de gente de pueblo con los que se aprende a valorar cosas que para ti ni existían. Si se hiciese una encuesta "rápido, diga el lugar más limpio que se le venga a la cabeza" ganaría por goleada la opción los baños de una gasolinera. Me tocó limpiarlos, como era de esperar. Y ahora trabajo desde hace un año en el periódico El Mundo. Fin de mi trayectoria.

Habrán adivinado a qué viene mi currículo. Uno de tantos españoles que se han ido al extranjero por el paro se ha puesto espléndido y ha sacado su palmarés para exigir jugar el partido en casa. Una especie de Casillas del periodismo y la publicidad licenciado por el CEU. Y con máster en community manager, perdón por el olvido. Viene a decir que si se tiene carrera se merece ser importante, que pongan el don delante de su nombre y esas cosas, y no limpiar retretes anglosajones. A mí, esa actitud de tengo dos carreras me recuerda a Mariano Rajoy explicando que nunca cobró en negro alegando que tiene la oposición de registrador de la propiedad. Un respeto, señores, que yo estoy leído.

Se puede ser licenciado e idiota al igual que uno se puede llamar Amancio, confeccionar batas desde los 14 años y ser el tercer hombre más rico del mundo. Es una cuestión de actitud, no de diplomas. Es innegable que la situación española es tan mala que ojalá pudiésemos todos emigrar a esa otra España, la de las portadas de La Razón, que tan buena pinta tiene. Gente muy preparada no puede trabajar, pero es estadística pura: no todo el mundo con carrera puede trabajar de lo suyo. Además, el llorón de Valencia estudió periodismo y publicidad, una profesión que, sigo pensando, no se aprende en la facultad. No es ingeniero aeronáutico en la Politécnica -por decir una- con premio final de carrera. Ni un químico excelso de un CSIC en coma. Esos sí me generan pena porque, como me dijo Margarita Salas en una entrevista, "lo malo no es irse, es no poder volver" y son profesiones necesarias para el desarrollo de un país. El periodismo lo es tanto o más, estoy seguro. Pero es una carrera sencilla donde la única coincidencia con la realidad de una redacción es que existe el trepa, el solidario, el cojonudo y el que se escaquea.

Joaquín Manso me dijo cuando me contrataron que había tenido suerte de que me quedase en el periódico y, una vez dentro, lo que iba a necesitar ya no era la divina providencia, sino justicia. Uno de esos piropos que te llegan y que, extrapolado, está cargado de verdad. Sin embargo, hay varias formas de jugársela sin tener que depender de que un gran grupo de comunicación coja un vuelo a Gatwick y te llame a la puerta. Chico, eso no va a pasar.  Hoy mismo un joven comienza su andadura en este periódico. Igual no ha sido premio excelencia en la carrera, pero qué quieren que les diga, tampoco ha llorado como el Boabdil (cambien Granada por Londres) del siglo XXI.

7 comentarios:

  1. Mis amigos y yo (algunos periodistas por la complu y con la carrera de publicidad estudiada a distancia y con otro máster) estuvimos debatiendo por whatsapp qué respuesta merecía el señor Benja.
    Enhorabuena, la has clavado tu por nosotros, usando los mismos argumentos de los que hablabamos.
    Saludos

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  2. Muy buena respuesta. Y me gustaría que echaseis un vistazo a esta, que tampoco se queda corta: http://auntengolavida.wordpress.com

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  3. Me encanta esta entrada: http://auntengolavida.wordpress.com, pero en la de Xaime Méndez hay algo que no me gusta. No termino de ver qué es realmente. Deja traslucir una prepotencia y un desprecio hacia el otro muchacho que limpia a WCs que no me gusta nada; diría que se cree superior; pero lo que sí tengo claro es que si la situación fuera a la inversa no habría escrito lo mismo. ¡Que tengas suerte en El Mundo!

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  4. Me quito el sombrero con tu entrada. Bravo.

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  5. He ahí la diferencia. Otros limpiamos waters durante la carrera, tb de Periodismo. Y tb hacíamos prácticas al mismo tiempo

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  6. He tenido que leer 2 veces porque no acababa de creerme lo que leía. Básicamente haces lo mismo que le echas en cara al otro chico. Nos intentas demostrar lo mucho que vales por haber limpiado cuartos de baño de gasolineras.
    Además estas muy orgulloso de haber pasado media carrera en la cafetería. Pues igual tienes razón y en una carrera como la tuya puedes permitirtelo. Pero eso no pasa en todas, por ejemplo en medicina si de verdad pretendes terminar mas o menos bien y ser un médico, digamos aceptable, no puede pasarte las horas haciendo catas de tortillas.
    Este chico no ha exigido absolutamente nada, y además pienso que tiene toda la razón del mundo. Que tú hayas estudiado en la Complutense y él en el CEU no te hace mejor, y esto te lo dice una licenciada en derecho por la Complutense. El decidió estudiar precisamente para no acabar limpiando cafeterías en Londres. Todos sabemos que la vida ahora mismo es así, pero eso no nos obliga , NI MUCHO MENOS, a callarnos o nos prohíbe quejarnos. Creo que tiene bastante mas derecho que muchos de nosotros a quejarse. La verdad que no sé que tipo de periodista eres pero desde luego como persona deberías mirartelo.

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  7. Tuviste un golpe de suerte. Nada más. Ahora bien, jactarse de tu éxito por cuestiones de "actitud"...¿actitud?. Hombre, un 60% del tiempo pasado en una cafetería (que bien no te valió la pena por tener precisamente un coco prodigioso si no por elegir una carrera con la que basta ese 40%) no es precisamente el ejemplo de actitud de la que vanagloriarse y darse golpes de pecho. Pero bueno, supongo que todo desde una perspectiva provechosa acaba siendo un punto de vista poco justo.

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